miércoles, 23 de junio de 2010

El Vino en la Edad Media


Hacia el 4000 a.C. con el Diluvio Universal. Noé inicia el cultivo de la vid y la enología. El cultivo se inicia con Vitis vinifera silvestris que es la vid salvaje. Dioica. Que en la glaciación persiste como remanente en el Cáucaso. Noé la retoma y al paso de cultivo, concluye en Vitis vinifera sativa o europea, que es hermafrodita y con frutos dulces.

La vid, ya "amaestrada", se extiende desde el monte Ararat, donde quedó varada el Arca de Noé, por 4 vías:

  • Al Norte a Crimea y hacia el centro de Europa.
  • Por el Sur al "Creciente Fértil" (Persia, Líbano, Mesopotamia, Egipto, Israel y Creta).
  • Después bifurcándose hacia Oriente y hacia Occidente. Antes de iniciar estos caminos Noé fundó Agori como pueblo de viñas.

En el 2000 a.C. llega a Anatolia, Bósforo y Grecia, en el 1500 a.C. a Italia (Magna Grecia), en el 1000 a C. a Gades (Cádiz). En el 230 a.C. penetra p

or la Vía de la Plata hasta Toro, (Zamora) desde Tartesos.

En el año 0 el hombre, que hasta entonces aplacaba a la divinidad con sacrificios, en principio humanos (el primogénito) y después de corderos, optó por la no crueldad utilizando el vino como símbolo.

En el año 1.100 llega la vid a Japón, en 1492 a América central, en 1524 a Méjico y Argentina, en 1619 al Este de EE UU y en 1880 a Nueva Zelanda.

Cada 18 gramos de azúcar por litro de mosto originan al fermentar un grado de alcohol que es uno por ciento en volumen. Los mostos pueden contener azúcar en cantidad variable, según la zona de origen también depende la forma de plantación del viñedo y el tipo de suelo.

  • Vino Blanco: El grado es de 11,5 ° de alcohol y color pálido.
  • Vino Rosado: El grado es de 11,5 ° de alcohol y color vivo.
  • Vino Tinto Joven: Una graduación de 12 ° y color rojo intenso.
  • Vino Tinto para Reserva: Graduación de 12,5 ° o más y color fuerte, oscuro y fijo.

El anhídrido sulfuroso es un aditivo utilizado en alimentación desde antiguo, y actualmente sujeto a control de reglamentos.

En la antigüedad, está datado en Grecia el hecho de espolvorear azufre sobre la ropa lavada y expuesta al sol en el caso de enfermos. Se sabía que el sol, a partir del azufre, esterilizaba sábanas, camisas, etc. Las partículas de azufre puestas al sol desprenden anhídrido sulfuroso, que es desinfectante.

En la bodega, para desinfectar, se utiliza el azufre, que mediante combustión da anhídrido sulfuroso; o bien anhídrido sulfuroso gas comprimido en bombonas; o un derivado sólido conocido como metabisulfito potásico, que en contacto con líquido ácido (como lo son vinos y mostos) dan lugar a anhídrido sulfuroso.

Tras la desaparición del Imperio romano de Occidente a manos de los bárbaros (extranjeros), sus habitantes mantuvieron las costumbres romanas al tiempo que incorporaban otras nuevas llegadas con los pueblos que se asentaban en los viejos dominios de Roma. Estos cambios tuvieron su reflejo en la mesa, donde el vino romano, fue la bebida favorita de ricos y pobres, laicos y clérigos de toda la Europa cristiana.

Es frecuente en la Edad Media la representación de Noé plantando vides una vez terminado el Diluvio (como lo representa un mosaico en San Marcos de Venecia, del siglo XIII) o bien ebrio.

El cultivo de la vid era uno de los pilares básicos del sistema económico romano que quedó colapsado a raíz de las invasiones germánicas, pero en torno a la cuenca mediterránea se continuó con la viticultura. A la supervivencia de la viticultura contribuyó el valor añadido del vino: el papel simbólico que desempeñaba en la Cristiandad. El vino representaba la sangre de Cristo que se consumía en la eucaristía, la misa y la comunión cristianas. Más allá de este simbolismo ideológico, en la Europa septentrional el consumo de mosto fermentado se convirtió en muestra del lujo y elevada posición social. En el ámbito del Imperio carolingio, tres grupos sociales continuaron promoviendo la viticultura; aristócratas, obispos y monjes, especialmente cerca de los núcleos importantes de población. En aquellas regiones de clima más riguroso sólo las clases pudientes se dedicaron a cultivar vides, a pesar de las dificultades que ello comportaba. En la iconografía medieval la representación de las labores agrícolas en la viña va asociada a septiembre, el mes de la cosecha de la vid. Como se puede ver acarreando y pisando la uva en el capitel de la iglesia benedictina de San Juan de Moutiers, Borgoña. (Hacia 1125). El prensado de la uva, en un relieve ilustrando un zodíaco del siglo XII, del Museo Lapidario se Souvigny y el envasado del mosto en la bodega, tras prensado, en el capitel de San Juan de Moutiers. También en el panteón real de la colegiata de San Isidoro de León (edificado en el reinado de Fernando II, a mediados del siglo XII) en el calendario del arco aparece el mes de septiembre con un vendimiador. En una miniatura del “Libre du sante” del siglo XIII, se ve a un monje bebiendo vino y en el relieve del tímpano de una de las portadas de la catedral de Reims, esculpida hacia el 1240, se ve a un obispo bendiciendo un tonel de vino.

La demanda de vino por parte de los miembros del clero fue elevada durante toda la Edad Media, y tuvo un episodio significativo en el traslado del papado a la ciudad francesa de Aviñón, donde permaneció parte del siglo XIV. Los excesos de la corte papal en la mesa impulsaron una extraordinaria demanda de vinos producidos en la región de Borgoña. La importancia de la iglesia en el desarrollo de la viticultura estaba relacionada con el papel de los monasterios como trasmisores de la tradición vitivinícola del Imperio Romano. Sólo aquéllos disponían de suficientes conocimientos, tiempo y dinero para mejorar el cultivo y la explotación de la vid.

Con su mediación, en el siglo XI el vino llegó a elaborarse más allá de las fronteras del antiguo imperio romano. Pero las mejoras en las comunicaciones de la Baja Edad Media disminuyeron el coste del transporte, lo que impulsó el abandono del cultivo de la vid en las regiones de clima menos favorable, como Inglaterra. Ya en el siglo XI, con el despertar de la vida urbana y el consiguiente aumento de la demanda de alimentos se generalizó el cultivo de la viña, que dejó de ser patrimonio de los nobles y eclesiásticos. En la Europa septentrional, el vino se convirtió en símbolo de estatus social entre las nuevas clases acomodadas de las ciudades. Mientras el común de sus habitantes consumía principalmente cerveza, la bebida de los pobres, el vino era licor habitual de comerciantes y burgueses, y bañaban las grandes celebraciones.

La vid introducida en el Bierzo por los romanos, aparece en un capitel y en los escritos de las donaciones y foros del Monasterio de Carracedo. En un documento viene fechada en el mes de octubre de 1202, la venta de un viña en Molinaseca. Así en los indicadores de este monasterio hay muchos documentos sobre las viñas y el vino. En junio de 1208 la condesa Dª Sancha, da al monasterio una viña y una casa en Villafranca. En Octubre de 1212 se venden al convento, heredades, viñas, montes, fuentes y casas... Que se extienden por los términos de Villadecanes, Villamayor, Carracedelo y Carracedo en el precio de 700 solidos. En diciembre de 1215, también le venden una viña en Villabuena por 530 solidos. El 16 de octubre de 1265 se firma el convenio sobre las posesiones entre Dª Mayor Ibáñez y Dª Dominga, sobre las posesiones del Castro Ventosa y la viña del Borgoñón. Hay varias referencias a los viñedos en el Bierzo. El 19 de enero de 1309 se aforan propiedades en Castro Ventosa y dan al monasterio un majuelo de viña en Valtuille de Abajo. En 1323 Juan Nieto da su derecho de un caserío al monasterio en Castro Ventosa. En 1330 el monasterio afora todas sus propiedades, tierras, viñas, prados... en Villadecanes, a Fernando Yañez, en el precio de 50 maravedíes (del rey D. Fernando) que le tienen que pagar cada año, por la festividad de S. Marcos. El 25 de marzo de 1332 el monasterio arrienda al Abad de Carracedo D. Fray Fernando el caserío de Castro Ventosa para toda su vida, tierras viñas, prados... con la condición de pagar una renta, cada año 5 miedros de vino mosto en la época de la vendimia, (equivalente a 60 cántaros = 960 litros), 5 moyos de pan, 2 de centeno, de cebada y uno de trigo, y debe podar, cavar y abonar las viñas y tener bien las casas. En Aviñón el 15 de octubre de 1338 el papa Benedicto XII da una coservatoria a Carracedo sobre los privilegios que tenía en Villabuena. El 1 de julio de 1443 el Monasterio afora a Diego Gil el Casar de Castro Ventosa, propiedades de Toral de los Vados y una casa y bodega en Villafranca del Bierzo.

Herederos de esta tradición son los viñedos y viticultores del Bierzo, que si bien en la antigüedad era poca la extensión; durante la década de los 60 fue ganándole terreno a los cereales para convertirse en una de las principales actividades agrícolas de la comarca. La calidad de los vinos es muy buena y la marca el polo comprador en base a su poder adquisitivo. En un principio fue Roma que estableció para su interés el mapa de calidades en su imperio. Después fueron las Hansas de Londres, Rotterdam, Brujas y Hamburgo quienes determinaron zonas de su interés. Y actualmente, en importante medida, son los Estados Unidos, Alemania y el incipiente mercado Chino.

Melchor López Valle

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